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jueves, 8 de septiembre de 2016

Peter Sellers (Southsea, Hampshire, UK, 8-9-1925 / London, UK, 24-7-1980): In memoriam

EL CÓMICO INGLÉS MÁS FAMOSO DESDE CHAPLIN

Hoy es aniversario natal del actor inglés Peter Sellers. Uno de los comediantes más populares de los años 60, cimentó su fama en las dos películas en que fue dirigido por Stanley Kubrick y en la franquicia 'La Pantera Rosa' de Blake Edwards, en la que incorporó al despistado Inspector Clouseau hasta en cinco ocasiones. Inclinado al humor satírico y la comedia negra, su especialidad eran los personajes torpes o estrafalarios, además de los cambios de acento y disfraz y la multicaracterización de varios roles en el mismo film. Fue premiado con un BAFTA y un Globo de Oro y dos veces candidato al Oscar al mejor actor. En 1966 fue nombrado Comandante de la Orden del Imperio Británico.
Richard Henry Sellers (su nombre real) era hijo de actores de variedades, a los que acompañó en sus giras por teatros provinciales, actuando junto a ellos en diversas ocasiones. Mimado por sus padres (que habían perdido a su primer hijo al nacer), destacó desde niño por su sentido del humor, su perspicacia y su capacidad de imitación. Cuando tenía diez años, los Sellers se instalaron en un suburbio al norte de Londres y el pequeño asistió a un colegio católico, si bien su padre era protestante y su madre judía. Esta disparidad de religiones causaría no pocas perturbaciones a la psique de Peter, con problemas de identidad, timidez y un inusual sentimiento de unión a su madre incluso en edad adulta. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial acabó su escolarización a los catorce años, pues su madre no le permitió seguir asistiendo a clase al ser su centro de estudios evacuado a Cambridgeshire. En 1943 se alistó en las fuerzas aéreas británicas y, tras una gira en su país como animador de las tropas, fue destinado a Asia, sirviendo también en Alemania y Francia.
Animado por sus padres a continuar en el oficio (hacia el que experimentaba sentimientos ambivalentes), tras la guerra empezó a actuar en el Windmill Theatre londinense en 1948 y de ahí pasó a la BBC, donde por más de una década tuvo una emisión radiofónica de éxito, cuyo humor le hizo famoso en su país. En el cine debutó a comienzos de los años 50, aunque no fue ampliamente conocido hasta intervenir junto a Alec Guinness en El quinteto de la muerte (1955) de Alexander MacKendrick, comedia negra de gran éxito popular que hoy día es un clásico muy imitado. Después apareció en películas como La verdad al desnudo (1957) de Mario Zampi, comedia negra con Terry Thomas, El pequeño gigante (1958) de George Pal, adaptación musical del cuento "Pulgarcito" de los Hermanos Grimm, con Russ Tamblyn, Despiste ministerial (1959) de Roy Boulting y Jeffrey Dell, comedia con Terry Thomas y Luciana Paluzzi, Un golpe de gracia (1959) de Jack Arnold, comedia satírica con Jean Seberg, Estoy bien, Jack (1959) de John Boulting, comedia satírica con Ian Carmichael y Terry Thomas por la que ganó el premio BAFTA al mejor actor protagonista en su país, La batalla de los sexos (1959) de Charles Crichton, comedia con Robert Morley y Constance Cummings, Hasta el último aliento (1960) de John Guillermin, thriller con Richard Todd y Elizabeth Sellars, donde interpretó a un despiadado criminal, La millonaria (1960) de Anthony Asquith, comedia romántica con Sophia Loren (de la que se enamoró locamente), La extraña prisión de Huntleigh (1960) de Robert Day, comedia con Wilfrid Hyde-White, Mr. Topaze (1961), comedia basada en una obra de Marcel Pagnol que el mismo Sellers dirigió e interpretó junto a Nadia Gray, Herbert Lom y Leo McKern, Juego para dos (1962) de Sidney Gilliat, comedia con Mai Zetterling y Virginia Maskell, o El mayor mujeriego (1962) de John Guillermin, comedia con Dany Robin, John Fraser, Cyril Cusack y Margaret Leighton por la que recibió el premio al mejor actor en el Festival de San Sebastián.
Aunque ya era una prominente estrella del cine británico, su interpretación entre intrigante, divertida y maliciosa del desequilibrado Clare Quilty en Lolita (1962) de Stanley Kubrick, magnífica (y en su día escandalosa) adaptación de la novela homónima de Nabokov, con James Mason, Shelley Winters y Sue Lyon, le convirtió en un rostro conocido internacionalmente. Luego protagonizó El tribunal de la comedia (1962) de James Hill, sátira legal con Richard Attenborough, El honrado gremio del robo (1963) de Cliff Owen, comedia con Lionel Jeffries y Bernard Cribbins, y Cielos arriba (1963) de John y Roy Boulting, comedia con Cecil Parker e Isabel Jeans. Establecido en Hollywood, consiguió el papel por el que más se le recuerda popularmente, el Inspector Jacques Clouseau, que interpretaría en cinco exitosas comedias de tono paródico, todas ellas dirigidas por Blake Edwards. La primera fue La pantera rosa (1963), con David Niven, Robert Wagner, Capucine y Claudia Cardinale, por la que ganó un Globo de Oro, y la segunda, El nuevo caso del inspector Clouseau (1964), con Elke Sommer, George Sanders y Herbert Lom. Entre ambas rodó ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964) de Stanley Kubrick, sátira sobre la guerra fría y el holocausto nuclear, con George C. Scott, que le proporcionó a Sellers su primera candidatura al Oscar al mejor actor, y El irresistible Henry Orient (1964) de George Roy Hill, comedia con Paula Prentiss y Angela Lansbury. Después se le pudo ver en ¿Qué tal, Pussycat? (1965) de Clive Donner, comedia con Peter O'Toole, Romy Schneider, Capucine, Paula Prentiss, Woody Allen y Ursula Andress, La caja de las sorpresas (1966) de Bryan Forbes, comedia negra con John Mills, Ralph Richardson y Michael Caine, Tras la pista del Zorro (1966) de Vittorio De Sica, comedia con Victor Mature y Britt Ekland, Casino Royale (1967), parodia de los films de James Bond a cargo de media docena de directores y con reparto multiestelar, Siete veces mujer (1967) de Vittorio De Sica, comedia en episodios con Shirley MacLaine como protagonista, o El magnífico Bobo (1967) de Robert Parrish, comedia con Britt Ekland, Rossano Brazzi y Adolfo Celi.
Mención aparte merece su actuación como el teriblemente torpe invitado de El guateque (1968) de Blake Edwards, divertidísima comedia repleta de ingeniosos gags, con Claudine Longet, seguida por otras comedias con menor fortuna: Si quieres ser millonario no malgastes el tiempo trabajando (1969) de Joseph McGrath, con Ringo Starr, Amor a la inglesa  (1970) de Alvin Rakoff, con Sinead Cusack, Hay una chica en mi sopa (1970) de Roy Boulting, con Goldie Hawn, ¡Hasta nunca, doctor! (1972) de Rod Amateau, con Jo Ann Pflug, Rick Lenz y Harold Gould, Camas blandas, batallas duras (1974) de Roy Boulting, con Lila Kedrova, Curd Jürgens y Béatrice Romand, o El gran McGonagall (1974) de Joseph McGrath, con Spike Milligan. Estas comedias, bastante inanes en su mayoría, hicieron languidecer su carrera, posteriormente reactivada a partir del éxito comercial de El regreso de la pantera rosa (1975), donde aparecían Christopher Plummer, Catherine Schell y Herbert Lom, y también Un cadáver a los postres (1976) de Robert Moore, estupenda comedia policiaca con un reparto de estrellas, además de Truman Capote, La pantera rosa ataca de nuevo (1976), con Herbert Lom y Lesley-Anne Down, La venganza de la pantera rosa (1978), con Herbert Lom, Robert Webber y Dyan Cannon, El estrafalario prisionero de Zenda (1979) de Richard Quine, parodia de la novela de Anthony Hope con Lynne Frederick, Lionel Jeffries y Elke Sommer, y Bienvenido, Mr. Chance (1979) de Hal Ashby, comedia dramática con Shirley MacLaine, Jack Warden y Melvyn Douglas donde interpretaba a un ingenuo jardinero analfabeto adicto a la televisión, papel que le valió un Globo de Oro como mejor actor de comedia y una segunda nominación al Oscar. El diabólico plan del Dr. Fu Manchu (1980) de Piers Haggard, comedia con Helen Mirren, Sid Caesar y David Tomlinson saldó su carrera con un fracaso.
Peter Sellers estuvo casado con Anne Howe (1951-1963), madre de sus hijos Michel y Sarah; la actriz Britt Ekland (1964-1968), con quien tuvo a su hija Victoria; la modelo Miranda Quarry (1970-1974) y la actriz Lynne Frederick (1977-1980). Sus tres primeros matrimonios acabaron en divorcio y con sus hijos tuvo malas relaciones. El actor acumuló a lo largo de su vida muchos problemas de salud física y mental. En el ejercicio de su profesión, una combinación de egolatría e inseguridad hacía difícil trabajar con él. En 1964, cuando estaba en la cima de su fama y a poco de casarse con Britt Ekland, sufrió un casi fatal ataque cardiaco después de usar poppers (nitrito de amilo), estimulante sexual para hacer el amor con su esposa. Su salud coronaria no hizo sino deteriorarse en sus dieciséis años restantes de vida, empeorada por sus adicciones al alcohol y drogas como la cocaína u otras. Figura enigmática, en lucha permanente con depresiones e inseguridades mentales, afirmaba carecer de identidad más allá de los personajes que interpretaba. Su comportamiento devino cada vez más errático y compulsivo y se hacía tratar por 'sanadores psíquicos', rechazando la medicina tradicional. En 1977 sobrevivió a un segundo infarto y tres años después sufrió un tercero, del que después de treinta horas en coma, no pudo recuperarse, falleciendo a los 54 años de edad. Su viuda Lynne Frederick, a quien pensaba excluir de su testamento, heredó casi toda su fortuna, estimada en cuatro millones y medio de libras, mientras que a sus tres hijos sólo les dejó 800 libras a cada uno. Dos años después de su muerte se estrenó Tras la pista de la pantera rosa (1982), que Blake Edwards urdió a partir de material cortado de previos films de la franquicia, resultando un fracaso.

 

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