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domingo, 10 de julio de 2016

Tribute to Sue Lyon (Davenport, Iowa, US, 10-7-1946)

DE LOLITA A JUGUETE ROTO

La actriz estadounidense Sue Lyon cumple hoy 70 años. Su juvenil belleza rubia la impulsó al estrellato gracias a su intervención como la seductora adolescente Lolita en la famosa película homónima de Stanley Kubrick, pero su estatus estelar no se mantuvo durante mucho tiempo y su prometedora carrera se vino abajo a finales de la década de los 60.
Suellyn Lyon era la quinta hija de una pareja en la que el padre murió a los diez meses de su nacimiento. Su madre, a la sazón con 42 años, tuvo que emplearse como matrona hospitalaria para mantener a su familia, que posteriormente se trasladó a Los Angeles con la esperanza de que la bonita Sue pudiese ayudar económicamente trabajando como modelo. A tal efecto se le tiñó el cabello de rubio para un anuncio y la niña contribuyó en lo que pudo a la difícil situación familiar con sus esporádicos cometidos comerciales. Mientras estudiaba trabajó en una tienda de ropa masculina. Finalmente tuvo la fortuna de que Stanley Kubrick, que andaba buscando una joven actriz para su película Lolita (1962), adaptación de la controvertida novela de Vladimir Nabokov, la contemplase de figurante (en bikini) en un programa televisivo conducido por Loretta Young y le propusiese, tras una audición, el personaje de la pícara adolescente que vuelve loco al maduro intelectual Humbert Humbert. Al principio de la novela, Lolita tiene 12 años y al final 17. Sue tenía 15 cuando interpretó el papel en un excelente film donde compartió créditos con James Mason, Shelley Winters y Peter Sellers, y de la noche a la mañana el éxito la convirtió en la sensación morbosa de Hollywood, logrando también el Globo de Oro a la mejor actriz revelación.
Lo negativo fue que el papel de Lolita encasilló tanto a Sue que siempre fue vista como sugerente adolescente seductora de hombres mucho más mayores que ella. Así pues, John Huston le confió un personaje parecido en La noche de la iguana (1964), vibrante traslación a la pantalla de un drama de Tennessee Williams que antes había sido un relato corto, donde formó parte de un reparto que incluía a Richard Burton, Ava Gardner y Deborah Kerr. En esa época, Sue fue golpeada por la tragedia, ya que su hermano mayor, James, se suicidó, y poco después sufrió junto a su madre un aparatoso accidente automovilístico que la postró dos años en una silla de ruedas. Profesionalmente, el gran éxito comercial de sus dos primeros títulos no volvería a repetirse en toda la breve carrera de Lyon. Con todo, la joven actriz aún intervino en algunos títulos de interés como Siete mujeres (1966) de John Ford, la última película del gran cineasta, sofocante drama sobre un puesto misionero en la China rural de 1935, con elenco encabezado por Anne Bancroft, Un fabuloso bribón (1967) de Irvin Kershner, comedia criminal con George C. Scott y Michael Sarrazin, o Hampa dorada (1967) de Gordon Douglas, thriller con Frank Sinatra, Jill St. John, Richard Conte y Gena Rowlands, donde su papel fue secundario. En los años siguientes, a falta de mejores ofertas, hizo algunos trabajos en televisión.
Ninguna gloria añadieron a su carrera films posteriores como Evel Knievel (1971) de Marvin J. Chomsky, drama biográfico deportivo con George Hamilton, Cuatro cabalgaron (1971) de John Peyser, western rodado en España con Pernell Roberts, Julián Mateos y Leslie Nielsen, Una gota de sangre para morir amando (1973) de Eloy de la Iglesia, thriller de producción española con Chris Mitchum y Jean Sorel, Tarots (1973) de José María Forqué, otro thriller español con Fernando Rey y Gloria Grahame, Crash! La maldición (1977) de Charles Band, título indie de terror con José Ferrer, John Ericson, Leslie Parrish y John Carradine, Año 1999: El fin del mundo (1977) de John Hayes, ciencia-ficción de serie B con  Christopher Lee, o La bestia bajo el asfalto (1980) de Lewis Teague, terror y ciencia-ficción con Robert Forster y Henry Silva, su última película y con un rol ya muy secundario.
En su vida amorosa no le fue mucho mejor: se casó y divorció en cinco ocasiones. Sus maridos fueron el actor Hampton Fancher (1963-1965); el fotógrafo Roland Harrison (1971-72), matrimonio que la envolvió de nuevo en el escándalo (Harrison era de raza negra) y durante el cual nació su única hija, Nona; Cotton Adamson (1973-74), un recluso de la prisión de Colorado condenado por asesinato y robo, que Sue había conocido en una visita a un amigo a la cárcel de ese Estado, celebrándose la boda en la propia penitenciaría; Edward Weathers (1983-84); y Richard Rudman (1985-2002), ingeniero de telecomunicaciones con quien encontró cierta estabilidad sentimental durante diecisiete años. Diagnosticada como maníaco-depresiva, se le prescribió litio. Lyon confesó más adelante que había luchado de forma intermitente con ese problema desde los 16 años, convertida en estrella fugaz e incapaz de soportar la presión mediática sobre su persona. Retirada de toda actividad artística en 1985, desde entonces ha evitado las entrevistas.


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