Museo LoPiù

Museo LoPiù
(Logo designed by Juan Carlos Cuba)

Translate

martes, 31 de mayo de 2016

Martha Hyer (Fort Worth, Texas, US, 10-8-1924 / Santa Fe, New México, US, 31-5-2014): In memoriam

DISTINGUIDA Y DISTANTE
 
Hoy se cumplen dos años del fallecimiento de la actriz estadounidense Martha Hyer. Bella, de porte aristocrático y elegante, paseó su rubia distinción algo distante en buen número de películas rodadas en veinticinco años de carrera. Cuando Grace Kelly abandonó el cine para convertirse en princesa de Mónaco, se habló de Hyer como su posible sucesora, vaticinio que no se cumplió, si bien en una ocasión fue candidata al Oscar como mejor actriz secundaria por su sobresaliente actuación en el excelente melodrama Como un torrente (1958).
Nacida en el seno de una familia rica, Martha Hyer era hija de un juez. Tras graduarse en arte dramático en la universidad privada de Northwestern, se trasladó a California para ampliar sus estudios en la Pasadena Playhouse con la aspiración de ser actriz y triunfar en Hollywood. Pronto firmó un contrato con RKO, estudio donde debutó sin acreditar en la película La huella de un recuerdo (1946) de John Brahm.
Luego de desempeñar en los años siguientes pequeños papeles en producciones modestas o de serie B, comenzó a obtener mejores papeles en películas de otros estudios como Trigo y esmeralda (1953) de Robert Wise, drama basado en una novela de Edna Ferber, con el protagonismo de Jane Wyman, Sterling Hayden y Nancy Olson, La batalla de Rogue River (1954) de William Castle, western con George Montgomery y Richard Denning, No hay crimen impune (1954) de Arnold Laven, drama con Broderick Crawford y Ruth Roman, Sabrina (1954) de Billy Wilder, comedia con Humphrey Bogart, Audrey Hepburn y William Holden, comedia donde era la novia de éste último, Muerte al atardecer (1956) de Jack Arnold, western con Rory Calhoun y Dean Jagger, Himno de batalla (1957) de Douglas Sirk, melodrama bélico con Rock Hudson y Dan Duryea, El temible Mister Cory (1957) de Blake Edwards, drama con Tony Curtis, Delicado delincuente (1957) de Don McGuire, comedia con Jerry Lewis, Un mayordomo aristócrata (1957) de Henry Koster, comedia con David Niven y June Allyson, El embrujo de París (1958) de Gerd Oswald, comedia con Bob Hope, Fernandel y Anita Ekberg, o Cintia (1958) de Melville Shavelson, comedia dramática con Cary Grant y Sophia Loren.
En Como un torrente (1958) de Vincente Minnelli, memorable melodrama basado en una novela de James Jones y protagonizado por Frank Sinatra, Dean Martin, Shirley MacLaine, encontró el mejor papel de su carrera: Gwen French, la culta profesora que mantiene una distante relación con el veterano de guerra y fracasado escritor Dave Hirsch (Sinatra), mientras éste entabla amistad con el jugador Bama Dillert (Martin) y la prostituta Ginny Moorehead (MacLaine). La película obtuvo cinco nominaciones al Oscar, una de ellas para Hyer como mejor actriz secundaria. Después la intérprete texana apareció en títulos como El gran pescador (1959) de Frank Borzage, drama histórico-religioso con Howard Keel, Susan Kohner, John Saxon y Herbert Lom, donde Hyer fue Herodías, Mujeres frente al amor (1959) de Jean Negulesco, melodrama con reparto presidido por Joan Crawford, Imperio de titanes (1960) de Vincent Sherman, drama según una novela de Edna Ferber, con Richard Burton, Robert Ryan y Carolyn Jones, Los misterios de Angkor (1960) de William Dieterle, coproducción europea de aventuras con Carlos Thompson y Micheline Presle, La furia y el deseo (1960) de William F. Claxton, drama criminal con Raymond Burr y Joan Bennett, La última vez que vi a Archie (1961) de Jack Webb, comedia bélica con Robert Mitchum, Jack Webb y France Nuyen, Una muchacha llamada Tamiko (1962) de John Sturges, drama con Laurence Harvey y France Nuyen, Solo contra el hampa (1963) de Frank Tashlin, comedia con el protagonismo de Danny Kaye, Ellas y las otras (1963) de John Rich, comedia con Janet Leigh, Van Johnson y Shelley Winters, Los insaciables (1964) de Edward Dmytryk, drama basado en una novela de Harold Robbins, con  George Peppard, Alan Ladd y Carroll Baker, La gran sorpresa (1964) de Nathan Juran, aventura espacial de ciencia-ficción con Edward Judd y Lionel Jeffries, Flechas sangrientas (1964) de Sidney Salkow, western con Dale Robertson, Los cuatro hijos de Katie Elder (1965) de Henry Hathaway, western con  John Wayne y Dean Martin, La jauría humana (1966) de Arthur Penn, drama basado en una novela de Horton Foote, con Marlon Brando, Jane Fonda y Robert Redford, Tierra de alimañas (1966) de Joseph Pevney, western con Clint Walker, La muñeca de trapo (1966) de Bert I. Gordon, film de terror con Don Ameche, El suceso (1967) de Elliot Silverstein, comedia protagonizada por Anthony Quinn, La casa de las mil muñecas (1967) de Jeremy Summers, thriller con Vincent Price y George Nader, La mujer de otro (1967) de Rafael Gil, drama español con Analía Gadé, El bello Giorgio (1968) de Franco Indovina, comedia italiana con Vittorio Gassman, Complot (1969) de Alvin Rakoff, thriller con Roger Moore, No beses a un extraño (1970) de Robert Sparr, thriller con Paul Burke y Carol Lynley, o El día de los lobos (1971) de Ferde Grofe Jr., thriller con Richard Egan. En la última etapa de su carrera trabajó también en televisión hasta su retiro en 1974. En 1990 publicó su autobiografía.
Martha Hyer se casó en dos ocasiones: en 1951 con el productor C. Ray Stahl, matrimonio que acabó en divorcio en 1954, y con el productor Hal B. Wallis en 1966, de quien enviudaría en 1986. Este úlltimo, pese a ser uno de los más poderosos y adinerados de su época, llegó a asustarse por la capacidad de su esposa, siempre aficionada al lujo, para gastar dinero. La actriz no tuvo hijos. Falleció por causas naturales a los 89 años.


lunes, 30 de mayo de 2016

Tribute to Keir Dullea (Cleveland, Ohio, US, 30-5-1936)

EL HÉROE DEL ESPACIO

El actor estadounidense de cine televisión y teatro Keir Dullea cumple hoy 80 años. Alto, delgado y muy apuesto, fue un joven intérprete revelado a comienzos de los años 60, década que concentra sus mejores películas, entre las que sobresalen sus trabajos con Preminger y Kubrick. Bajo la dirección de este último protagonizó 2001: Una odisea del espacio, su film más recordado. Si al principio de su carrera estuvo encasillado en papeles de joven con perturbaciones mentales, después lo fue en títulos de ciencia-fición o de terror. Mejores personajes encontraría en la televisión o el teatro.
Hijo de un matrimonio que tenía una librería en Greenwich Village (NY), estudió en las universidades de New Jersey y San Francisco. Después estudió arte dramático con Sanford Meisner y danza con Martha Graham en la Neighborhood Playhouse School con el propósito de ser actor y bailarín. Debutó en el cine interpretando a un delincuente juvenil en Refugio de criminales (1961) de Irvin Kershner, drama basado en hechos reales con reparto encabezado por Don Murray, al que siguieron protagonismos en Elisa (1962) de Frank Perry, drama con Janet Margolin sobre dos jóvenes que se conocen en una institución mental, papel por el que recibió un Globo de Oro como nueva estrella del año, Esposa por catálogo (1964) de Burt Kennedy, western cómico con Buddy Ebsen y Lois Nettleton, El ataque duró siete días (1964) de Andrew Marton, primera adaptación a la pantalla de la novela bélica "The thin red line" de James Jones, sobre la batalla de Guadalcanal de los soldados americanos contra los japoneses, con Jack Warden, Horas desnudas (1964) de Marco Vicario, drama italiano basado en una novela de Alberto Moravia, con Rossana Podestà y Philippe Leroy, El rapto de Bunny Lake (1965) de Otto Preminger, inquietante thriller psicológico con Laurence Olivier y Carol Lynley en el que Dullea volvía a interpretar a un perturbado, Madame X (1966) de David Lowell Rich, suculento y desaforado melodrama sobre el tema de la anagnórisis, con Lana Turner, John Forsythe, Burgess Meredith y Constance Bennett, y La zorra (1967) de Mark Rydell, drama a partir de una novela de D. H. Lawrence, con Sandy Dennis y Anne Heywood.
La película por la que más se le recuerda es 2001: Una odisea del espacio (1968) de Stanley Kubrick, clásico título de ciencia-ficción según una novela corta de Arthur C. Clark, que coprotagonizó junto a Gary Lockwood. Paradójicamente, después apareció en películas de menor repercusión, como De Sade (1969) de Cy Endfield, drama biográfico sobre el famoso Marqués, con Senta Berger y Lilli Palmer, El cerebro del mal (1972) de Sergio Sollima, giallo italiano con  Stefania Sandrelli, Micheline Presle y Maurice Ronet, Navidades negras (1974) de Bob Clark, thriller de terror con Olivia Hussey, Margot Kidder y John Saxon, Círculo de la muerte (1977) de Richard Loncraine, drama de terror con Mia Farrow, Telepatía de un asesinato (1983) de Ulli Lommel, thriller de ciencia-ficción con Suzanna Love, Cita ciega (1984) de Nico Mastorakis, thriller de terror con Kirstie Alley y Joseph Bottoms, 2010: Odisea Dos (1984) de Peter Hyams, secuela del film de Kubrick, con Roy Scheider como protagonista, Alien Hunter (2003) de Ron Krauss, thriller de ciencia-ficción con James Spader, El buen pastor (2006) de Robert De Niro, thriller de espionaje con Matt Damon, Angelina Jolie y De Niro, Marido por sorpresa (2008) de Griffin Dunne, comedia con Uma Thurman y Colin Firth, o Estación espacial 76 (2014) de Jack Plotnick, comedia negra de ciencia-ficción con Patrick Wilson, Liv Tyler y Matt Bomer. Más numerosos son sus trabajos televisivos.
Respecto a su trayectoria teatral, en 1967 debutó en Broadway con "Dr. Cooks's garden" de Ira Levin, con Burl Ives; interpretó el papel del ciego en "Las mariposas son libres" (1969) de Leonard Gershe, junto a Blythe Danner y Eileen Heckart, fue Brick en una reposición de "La gata sobre el tejado de zinc" (1974) de Tennessee Williams, con Elizabeth Ashley y protagonizó "Posdata: Tu gato ha muerto" (1975) de James Kirkwood, Jr., con Tony Musante y Jennifer Warren. Más adelante volvería esporádicamente a los escenarios en las décadas siguientes.
Keir Dullea se ha casado cuatro veces: su primera esposa entre 1960 y 1968 fue la actriz Margot Bennett; tras el divorcio se casó en 1969 con Susan Lessons, matrimonio que finalizó al año siguiente; la actriz Susie Fuller, que tenía dos hijos de una relación previa, fue su tercera esposa desde 1972 hasta 1998, año en que ella falleció; actualmente su mujer es la actriz Mia Dillon, con quien contrajo matrimonio en 1999.
 

domingo, 29 de mayo de 2016

Antologia de la Danza Española - Sevilla (Isaac Albéniz)

ISAAC ALBÉNIZ (Camprodón, Gerona, España, 29-5-1860 / Cambo-les-Bains, Aquitania, Francia, 18-5-1909): IN MEMORIAM

Hoy es aniversario natal del compositor y pianista español Isaac Albéniz, uno de los autores más importantes del siglo XIX en España, especialmente por sus obras para piano de lenguaje moderno e inspiración nacionalista. Practicamente definió el Romanticismo español en materia musical y ejerció además una considerable influencia en otros compositores nacionalistas posteriores como Turina, Granados o Falla. Instruído y de carácter cálido y afable, en su personalidad subyacía una poderosa vena melancólica. Más apreciado en su tiempo fuera que dentro de su pais, aunque sus composiciones evocan las imágenes y sonidos de España, prefirió vivir lejos de su patria ('la morena ingrata'), en la que se sentía incomprendido.
La vida de Isaac Albéniz, sobre todo durante su niñez y su juventud, es una de las novelas más apasionantes de la historia de la música. Niño prodigio, debutó como pianista a los cuatro años, con gran éxito, en un recital en el Teatro Romea de Barcelona. Tras estudiar piano en esta ciudad e intentar, infructuosamente, ingresar en el Conservatorio de París, prosiguió sus estudios en Madrid, adonde su familia se había trasladado en 1869. Espíritu inquieto, a los diez años se fue de casa, y recorrió varias ciudades y pueblos de Castilla organizando sus propios conciertos. Una segunda fuga en 1872, embarcado furtivamente como polizón, le llevó a Argentina, Uruguay, Brasil, Puerto Rico y Cuba, donde sobrevivió del mismo modo, organizando sus propias audiciones, aunque la policía lo detuvo en uno de sus viajes por toda Sudamérica, a instancias de su padre, que era el interventor general de Aduanas en las islas del Caribe. Protegido por el secretario particular de Alfonso XII, el conde de Morphy, Albéniz, consciente de sus carencias técnicas, pudo en 1876 proseguir sus estudios en el Conservatorio de Bruselas, graduándose tres años después con un primer premio en piano.
De regreso en España, se estableció en Barcelona en 1883, mismo año en que contrajo matrimonio con su alumna Rosa Jordana y Lagarriga, con quien tuvo un hijo y dos hijas. En la Ciudad Condal conoció al compositor Felip Pedrell, quien dirigió su atención hacia la música popular española, inculcándole la idea, esencial para el desarrollo de su estilo de madurez, de la necesidad de crear una música de inspiración nacional. Fue entonces cuando Albéniz, que hasta ese momento se había distinguido por la creación de piezas de salón agradables y sin pretensiones para su instrumento, el piano, empezó a tener mayores ambiciones respecto a su carrera como compositor.
Desde 1886 hasta 1889 Albéniz vivió en Madrid y continuó enseñando, dando conciertos y componiendo. Su estilo más característico comenzó a perfilarse con las primeras obras importantes de carácter nacionalista escritas a partir de 1885, en especial con la Primera Suite española, compuesta originalmente de las piezas Granada, Cataluña, Sevilla y Cuba, a las que en ediciones posteriores se añadieron Cádiz, Asturias, Aragón y Castilla. También escribió varias obras vocales durante este periodo, entre las que destaca una colección de cinco Canciones basadas en las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer. La Segunda Suite Española contiene los caprichos Zaragoza y Sevilla.
El éxito de sus conciertos en París y Londres en 1889 lo animó a buscar fortuna fuera de España. Desde 1890 hasta 1893 residió en Londres y actuó por toda Gran Bretaña y por el resto de Europa. En 1893 se estableció en París, donde recibió clases de Vincent d'Indy y entró en contacto con un grupo de compositores de vanguardia, entre los que se encontraban Claude Debussy y Gabriel Fauré, que influyeron de forma decisiva en su moderna técnica compositiva. Su ideal de crear una «música nacional de acento universal» alcanzó en la suite para piano Iberia, su obra maestra -compuesta en Niza en sus últimos años de vida-, su más acabada expresión. Admirada por músicos como Debussy, la influencia de esta partitura sobre otros compositores nacionalistas españoles, entre ellos Falla y Granados, fue decisiva. Ella sola basta para otorgar a Albéniz un lugar de privilegio en la música española.
Aquejado de una enfermedad renal, Isaac Albéniz se trasladó en 1909 a  Cambo-les-Bains, población en la costa atlántica de los Pirineos franceses, donde falleció de un coma urémico once días antes de cumplir los 49 años. A propuesta de Debussy, Fauré, Dukas y otros compositores y amigos, el gobierno francés le concedió postumamente la Cruz de la Legión de Honor, depositada sobre su ataúd. España, la tierra a la que el compositor había dedicado la mayor parte de su obra, sólo mostró signos de recuerdo hacia él cuando, meses después de su muerte, repatrió su cuerpo para que fuera enterrado con honores en el cementerio de la ciudad barcelonesa de Tiana.

Periodos de la obra de Albéniz

Aunque cultivó variados géneros, en su obra predominan las composiciones para piano. En su música para este instrumento se pueden distinguir tres épocas. En la primera, que abarca sus composiciones de juventud, Albéniz compone obras de carácter romántico e intimista, influidas claramente por la música de salón. Entre las principales piezas de dicha etapa cabe citar los Seis pequeños valses (1884), sus tres Suites anciennes (1885-1886) y sus siete Sonatas para piano (1884-1888).
Su etapa nacionalista española culmina con las cinco piezas que integran los Cantos de España (1891-1894): Preludio, Oriental, Bajo la palmera, Córdoba y Seguidillas. La mayoría de las composiciones de esta segunda etapa están inscritas en la corriente de tintes andaluces denominada "alhambrismo", caracterizada por la profusión de ritmos de danzas populares y de elementos del cante jondo, así como por el uso de escalas modales como la frigia y ornamentaciones propias de la escritura para guitarra; no obstante, en algunas piezas de este período también se escuchan rasgos folclóricos de otras provincias españolas. Otras obras incluidas dentro de este apartado son la mencionada Suite Española (1886), el Concierto fantástico en La menor (1887) y las Doce piezas características (1888).
La tercera etapa creadora de Albéniz posee resonancias impresionistas, en parte fruto de sus viajes a París y de la amistad que le unió a compositores como Debussy, máximo representante del impresionismo musical francés. Su obra principal de esta última época es la suite Iberia (1905-1909), una síntesis de diversos estilos musicales que debe mucho a la escritura virtuosística para piano de Liszt, con ciertos ecos guitarrísticos. Las doce piezas que componen los cuatro cuadernos de Iberia tienen una arquitectura compleja. La mayoría de ellas emplean ritmos característicos de danza que se alternan con un estribillo lírico de carácter vocal o copla. El primer cuaderno incluye las piezas Evocación, El puerto y Corpus Christi en Sevilla, esta última eminentemente descriptiva. En el segundo cuaderno se hallan las obras Rondeña, Almería y Triana, que de nuevo hacen mención a rincones andaluces. El tercer cuaderno lo inicia la pieza titulada El Albaicín (en honor al barrio granadino de igual nombre), seguida de El Polo y de Lavapiés, única pieza de Iberia inspirada en un lugar no andaluz. Y por último Málaga, Jerez y Eritaña, que son las tres piezas que integran el cuarto cuaderno.
Albéniz no posee una producción orquestal muy amplia, pero todas sus obras sinfónicas están dotadas de un colorido y una armonía de gran riqueza, así como de destacables innovaciones instrumentales. En ocasiones incluso integraba en la orquesta instrumentos de viento de la cobla catalana. También fue autor de lieder y zarzuela. Respecto a su música escénica, hay que citar la ópera Pepita Jiménez (1895), que, representada en toda Europa, fue siempre la obra favorita del compositor. En ella Albéniz se aleja de la tradición wagneriana para desarrollar un lenguaje autóctono, expresivo y lírico. En cambio, en sus óperas Henry Clifford (1995) y Merlín (1902) es patente su admiración por Wagner.

(Reseña a partir de la página Biografías y Vidas)



La Suite Española opus 47 de Isaac Albéniz está compuesta principalmente de obras escritas en 1886, que se agruparon en 1887 en honor de la Reina de España Isabel II. Como muchas de las obras para piano del compositor, estas piezas son cuadros de diferentes regiones y músicas de España. La obra se inscribe dentro de la corriente nacionalista (pasada por el tamiz del refinamiento y la estilización) relacionada con el Romanticismo. Una de sus piezas más conocidas es Sevilla, que en el video se puede apreciar con fondo orquestal en una grabación del espectáculo "Antología de la Danza Española" (2006) en el Teatro La Latina de Madrid.