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domingo, 24 de mayo de 2015

Bob Dylan - Mr. Tambourine Man

TRIBUTE TO BOB DYLAN (Duluth, Minnesota, US, 24-5-1941)

El cantante y compositor estadounidense de folk y rock Bob Dylan cumple hoy 74 años. Una de las grandes figuras de la música contemporánea, su producción musical lo erigió en un referente entre los cantautores.  En la década de 1960 creó un estilo propio a partir de la recuperación de la música folk, a la cual añadió unas letras cargadas de simbolismo y reivindicaciones, que le convirtieron en un líder para la juventud contestataria de su país. Canciones suyas como Blowin’ in the wind, The times they are a-changin', Mr. Tambourine Man o Like a rolling stone revolucionaron el pop mundial y abrieron nuevos caminos tanto para cantautores como para bandas de rock. En 1965 recurrió a los instrumentos eléctricos e inició una serie de bruscos virajes, tanto estilísticos como espirituales, que le valieron numerosas críticas de los seguidores más puristas del folk. Con el paso del tiempo, Dylan se ha establecido como una leyenda viva del rock and roll.
Nacido Robert Allen Zimmerman en el seno de una familia judía, desde la infancia mostró un gran interés por la música y la poesía. Vivía en un entorno rural y conoció de primera mano la música tradicional americana de origen europeo y más tarde se aficionó al rock & roll, declarándose admirador de Elvis Presley, Jerry Lee Lewis y Little Richard. En 1959 empezó a estudiar en la Universidad de Minnesota, donde entró en contacto con la llamada música folk y con la canción protesta. Frecuentaba los locales nocturnos en los que se interpretaba música y pronto empezó a actuar en ellos. Además, pasaba más tiempo cantando y tocando la guitarra y la armónica que estudiando. Fue entonces cuando adoptó su nombre artístico, en homenaje al poeta británico Dylan Thomas. Bob Dylan abandonó definitivamente los estudios universitarios y, decidido a dedicarse por completo a la música, en 1961 se trasladó a Nueva York. Allí visitó en el hospital a su ídolo musical Woody Guthrie (a quien dedicaría su primeriza Song for Woody) y empezó a cantar en los cafés de Greenwich Village, donde se reunían los aficionados al folk. El joven cantante llamó la atención de las más importantes figuras del género, a las que admiraba y que pronto lo consideraron uno de los suyos. Con sus guitarras, banjos, tambores y armónicas, los cantantes folk de los años sesenta iban de la mano con la expansión de los movimientos por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam. Músicos como Pete Seeger, Peter, Paul and Mary o Joan Baez, en general jóvenes comprometidos blancos de clase media y urbanos, estaban convencidos de que con canciones podían combatir el comercialismo, la hipocresía, la injusticia, la desigualdad y la guerra. También Bob Dylan transmitía con sus letras de alto contenido poético mensajes que daban un nuevo sentido a la música popular. Sus canciones de protesta no sólo reflejaban los sentimientos de la gente hacia los temas contemporáneos, sino que los creaban, ganándose el título de portavoz de su generación.
Una elogiosa crítica aparecida en The New York Times le abrió las puertas del mercado discográfico: la discográfica Columbia Records le ofreció grabar su primer disco, titulado Bob Dylan (1962). En este primer vinilo alternó canciones del repertorio folk y blues e incluyó dos temas propios. Bob Dylan fue bien recibido por la crítica y el público y ya mostraba las características esenciales de su estilo: mezcla de las distintas tradiciones musicales populares americanas (especialmente el folk de origen europeo y el blues afroamericano) y gran importancia de las letras de las canciones.
En mayo de 1963 se publicó el segundo disco de Bob Dylan, The freewheelin’ Bob Dylan, que fue un gran éxito. De entre las canciones que contenía este álbum destaca Blowin’ in the wind, convertida muy pronto en un auténtico himno generacional. Esta canción se cantaba en las manifestaciones pacifistas y a favor de los derechos civiles de la población afroamericana y fue rápidamente traducida a diversos idiomas. Dylan se había convertido en una figura de proyección internacional. En julio de 1963 se celebra el Festival Folk de Newport y Dylan ya aparece como estrella y allí conoce a quien se va a convertir en su próximo romance, Joan Baez. Su tercer disco llegó en 1964 y el título, que lo es también de una de las canciones que contiene, expresa el sentir de una época: The times they are a-changin’.
Tras Another side of Bob Dylan (con canciones de amor como It ain't me babe) y Bringing it all back home (con una cara acústica y otra eléctrica y temas como Subterranean homesick blues, Mr. Tambourine Man o It's all over now, baby blue), ya acusando la influencia de la psicodelia y las drogas (se cuenta que fue Dylan quien introdujo a Los Beatles, admiradores suyos, en el consumo de cannabis), la imagen de Dylan como cantautor comprometido y figura importante de la canción protesta cambió con su siguiente disco, considerado el más importante de su carrera, aparecido en 1965 y titulado Highway 61 revisited, que incluye el tema Like a rolling stone. Esta canción, un auténtico exponente de genuino rock and roll, marcó el inicio del Dylan rockero, aunque no dejara de conceder gran importancia a las letras. En el Festival de Folk de Newport, ante la sorpresa y disgusto del público, actuó acompañado por una guitarra eléctrica y amplificadores: no volvería a ser invitado. Lo que estaba haciendo Dylan era revolucionar la idea de música folk, ampliando sus posibilidades. En noviembre de 1965 se casó en secreto con la ex-modelo Sara Lownds, futura madre de sus primeros cuatro hijos y de la que se divorciaría en 1977. Al año siguiente editó el cuádruple álbum Blonde on blonde (que incluía canciones como I want you o Just like a woman) y emprendió una agotadora gira mundial, aderezada con diversas drogas como anfetaminas, y el 1 de junio de 1966 conquistó Europa desde el Olympia de París. El 29 de julio de este mismo año sufrió un accidente de moto, tras el cual desapareció de la vida pública durante dos años. Convertido en una especie de profeta de la insurgencia juvenil, un movimiento generacional que estallaría en 1968 en Praga, París o México DF, para entonces Dylan ya había renunciado a cualquier papel de guía espiritual limitándose a vivir su vida en una casa de Woodstock, en la zona montañosa de Nueva York. En 1969 se produjo su primera aproximación al country con Nashville Skyline, de donde salió el hit Lay Lady Lay, y fue la figura principal del Festival de la isla de Wight, en Inglaterra, después de rechazar aparecer en el de Woodstock, cercano a su casa.
En 1970 se estrenó la película "El precio del fracaso", dirigida por Sidney J. Furie y con banda sonora de Bob Dylan. Tres años después llegó a la gran pantalla un nuevo filme con música de Dylan, "Pat Garrett y Billy The Kid" (1973), dirigida por Sam Peckinpah y en la cual el cantante interpretaba un pequeño papel. Del álbum correspondiente destacó la canción Knockin' on heaven's door. En 1975 rodó su única película como director, "Renaldo y Clara", y tres años después apareció en un documental firmado por Martin Scorsese titulado "El último vals". Para este último trabajo, el director americano se basó en el histórico concierto de despedida de The Band, el grupo que entre mediados de la década de 1960 y mediados de la siguiente acompañaba a Bob Dylan en muchos de sus recitales. El concierto tuvo lugar el Día de Acción de Gracias en Winterland, San Francisco, y en él participaron, además de Dylan y The Band, músicos notables como Eric Clapton, Neil Young, Ringo Starr y otros. Albumes especialmente éxitosos del decenio fueron Self portrait (1970), New morning (1970), Planet waves (1974), Blood on the tracks (1975) o Desire (1976, que contenía Hurricane, uno de sus mayores hits.
Las canciones de Dylan de la década de 1980 responden, en su mayoría, a sus inquietudes religiosas, y sus letras adquieren una notable profundidad. No vivía entonces su momento de mayor popularidad, aunque los veinticinco años de carrera musical no pasaron por alto ni a su discográfica ni al público. Así, en 1985 apareció un quíntuple álbum antológico, Biograph, que contenía versiones inéditas de algunas de sus canciones. En 1986 se casó con su corista Carolyn Dennis, con la que había tenido una hija, matrimonio que finalizó en 1992.
Dylan fue durante años un referente generacional, y llegó un momento en que los textos de sus canciones empezaron a interesar seriamente a la intelectualidad de la época. El gran poeta del movimiento beat Allen Ginsberg no dudó en mostrar su admiración por Dylan refiriéndose a él como "un importante bardo americano del siglo XX cuyos textos han influido a generaciones en todo el mundo, lo cual le hace acreedor del premio Nobel". De hecho, desde 1996 y año tras año, el escritor y profesor de literatura Gordon Ball postularía a Dylan para la concesión de este importante premio, y la primera vez lo hizo a instancias de Ginsberg, fallecido en 1997.
A lo largo de su carrera ha recibido premios como el Doctor honoris causa por la Universidad de Princeton, once premios Grammy y el Lifetime Achievement Award como reconocimiento a su trayectoria artística. Comendador de la Orden de las Artes y las Letras francesas, en 2001 recibió un Óscar a la mejor canción original y un Globo de Oro por Things have changed, tema incluido en la banda sonora de la película "Wonder boys" (2000), dirigida por Curtis Hanson. En 2006 recibió dos nuevos premios Grammy por Modern times, disco editado ese mismo año y galardonado como mejor álbum de folk contemporáneo. Además recibió por una de las canciones de este trabajo, Someday baby, el reconocimiento como mejor solista de rock.
En los últimos años Dylan ha participado en la banda sonora de otras películas como "Miedo y asco en Las Vegas" (1998) de Tery Gilliam  y "Anónimos" (2003) de Larry Charles, en la que también intervenía como actor encarnando a una vieja gloria de la música encerrado en prisión. Pero también su vida y su obra han interesado a directores de cine importantes, como Martin Scorsese, que realizó un documental sobre su figura titulado "No direction home" (2005). Dos años después llegaba a la gran pantalla un film en el que Dylan no intervenía directamente pero que estaba basado en su vida, "I’m not there", dirigido por Todd Haynes. El film, que contaba con el beneplácito del artista, fue presentado en el Festival Internacional de Cine de Venecia en agosto de 2007.
Si algo le faltaba a Bob Dylan para acabar de forjar su leyenda, era la publicación de su autobiografía. Chronicles Volume One vio la luz en 2004 y supuso todo un acontecimiento literario internacional. En junio de 2007 se hizo pública la concesión del premio Príncipe de Asturias de las artes al cantante. El jurado se decidió por Dylan por su condición de "mito viviente" y por haber sido "el faro de una generación que tuvo el sueño de cambiar el mundo". Se subrayó "la austeridad en las formas y la profundidad en los mensajes" en las canciones del músico estadounidense. El cantautor fue uno de los grandes ausentes en la ceremonia de entrega de los premios, el 26 de octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo. Envió, sin embargo, un escueto mensaje en el que agradecía la concesión del galardón. Ese mismo mes se publicaba una retrospectiva de su obra en tres discos compactos que recogían más de cuarenta años dedicados a la música. Pocos días antes Dylan había asistido, en una sinagoga de Atlanta, a la celebración del Yom Kippur, el Día del Perdón. Allí rezó y mostró públicamente su retorno al judaísmo de sus orígenes familiares. Otros reconocimientos incluyen un Premio Pulitzer (2008), la Medalla Nacional de las Artes (2009) y la Medalla Presidencial de la Libertad (2012) que le impuso el Presidente Obama. Entre sus últimos álbumes destacados figuran Together through life (2009), Tempest (2012) y Shadows in the night (2015), este último una selección de versiones de Frank Sinatra.

(Semblanza biográfica -con modificaciones- a partir de la página Biografías y Vidas)




Mr. Tambourine Man, canción de Bob Dylan que encabezaba la cara B del álbum Bringing it all back home, editado en marzo de 1965, fue grabada ese mismo año por el grupo The Byrds en un single que alcanzó el número 1 en la listas de Billboard y en el Reino Unido. Su imaginario surrealista está influenciado por artistas como el poeta Rimbaud o el cineasta Fellini.

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