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martes, 22 de julio de 2014

James Whale (Dudley, Worcestershire, England, UK, 22-7-1889 / Hollywood, California, US, 29-5-1957): In memoriam

FATHER OF FRANKENSTEIN

Se cumplen hoy 125 años del nacimiento del director de cine inglés James Whale, especialmente conocido por sus clásicas películas de terror Frankenstein, La novia de Frankenstein, o El hombre invisible, que convirtieron a Universal Pictures en el estudio especialista del género. También dirigió Magnolia (1936), musical basado en la célebre opereta Show Boat de Jerome Kern y Oscar Hammerstein II, adaptación de la novela de Edna Ferber situada en un barco teatro-flotante del Mississipi, considerada la mejor de entre todas la versiones que se han llevado al cine.
El actor Ian McKellen encarnó a Whale en el período final de su vida en la película Dioses y monstruos (1998) de Bill Condon, ganadora de un Oscar al mejor guión adaptado.

Texto biográfico procedente de la página mcnbiografías:

Durante su infancia, sufrió la extrema pobreza de su familia, que habitaba en una de las áreas más deprimidas de Dudley: el distrito Kate Hill. Como sus otros seis hermanos, el pequeño Whale llegó a la adolescencia con dos únicas perspectivas de supervivencia: las minas de carbón de Yorkshire o el trabajo en una de las factorías siderúrgicas de la región. Por su frágil salud, Whale no pudo seguir ninguno de esos dos caminos profesionales, y hubo de conformarse con ayudar a un zapatero local, para de ese modo aportar algunos chelines a la economía familiar.
Dotado de un inesperado talento para las manualidades, encontró trabajo en un taller de orfebrería, y esa tarea le permitió ahorrar el dinero suficiente para pagarse la matrícula en la Escuela de Arte de Dudley. Por desgracia, cuando ya planeaba convertirse en profesor de pintura y diseño, la Primera Guerra Mundial malogró sus planes.
En 1915, cuando contaba veintiséis años, se alistó en el Regimiento de Infantería de Worcestershire y fue movilizado a zonas de combate. Cuando alcanzó el grado de teniente fue enviado a Francia. Sin embargo, un destacamento alemán acabó con los objetivos militares de Whale, que fue capturado y recluido en un campo de concentración, cerca de la ciudad alemana de Hannover. Allí permaneció durante catorce meses.
Durante esa larga temporada de reclusión Whale se dedicó a pintar y escribir, aunque también participó en varios montajes teatrales destinados a hacer más llevadera la vida cotidiana de los prisioneros. Esa experiencia circunstancial le sirvió para aficionarse a la escena. De ahí que, una vez liberado, volviese a Londres, decidido a convertirse en actor. Dado su conocimiento en el campo del diseño y las artes plásticas, no sólo consiguió emplearse como intérprete, también fue contratado como decorador y director escénico de diversos montajes.
Por estas fechas tuvo la oportunidad de colaborar estrechamente con Noel Coward, John Gielgud, Charles Laughton y Ernest Thesiger, entre otros. En diciembre de 1928, Whale dirigió una versión de la pieza teatral Journey's end, cuyo fuerte contenido antibélico se ganó el favor del público británico. El papel principal fue interpretado por Laurence Olivier, quien luego fue sustituido por Colin Clive, el futuro protagonista del filme Frankenstein. En 1929 la obra, que fue llevada en gira teatral a los Estados Unidos, se estrenó primero en Nueva York. Las buenas críticas recibidas abrieron para Whale las puertas de Hollywood.
Su primer proyecto cinematográfico fue, justamente, una versión de Journey's end (1930). Poco después, los Estudios Universal encomendaron a Whale la dirección de una película de terror, Frankenstein (1931), inspirada en la novela de Mary Shelley Frankenstein o el moderno Prometeo. Según el argumento de esta película, el doctor Herbert von Frankenstein (Colin Clive) está obsesionado con el plan de obtener vida artificial a través de la electricidad, de modo que, con la asistencia de su ayudante Fritz (Dwight Frye), roba cadáveres del cementerio local para procurarse las distintas partes de la anatomía de su creación. Finalmente, una tormenta le proporciona la fuerza vital que ha de animar a su monstruo (Boris Karloff), una criatura de enormes proporciones que ha de traer la desgracia a todos los participantes en tan atrevido experimento, pues su cerebro pertenece a un criminal, recientemente ejecutado.
Refinando las posibilidades de este argumento, Whale exploró en una secuela, La novia de Frankenstein (1935), otros elementos del mito. En esta oportunidad la criatura ideada por el doctor Frankenstein, nuevamente interpretada por Boris Karloff, vive un extraño y fatal romance, pues el doctor Pretorius (Ernest Thesiger), un sabio que ha elaborado en su laboratorio varios homúnculos, persuade a Victor Frankenstein (Colin Clive) para que dé vida a una compañera del monstruo, también construida mediante cadáveres. El oscuro propósito de Pretorius es unir a la horrenda pareja y, de este modo, dar comienzo a una nueva estirpe de criaturas, más allá del ciclo de la Naturaleza.
La película fue estrenada el 6 de mayo de 1935 y pronto se consolidó como uno de los clásicos del cine de terror de todos los tiempos. Gracias al talento visual del operador John Mescall, muy influido por la estética expresionista, Whale consiguió recrear un extraño universo donde confluían sueños y realidad. No obstante, el estreno de la película no estuvo exento de acontecimientos traumáticos para el realizador, pues la compañía productora decidió censurar quince minutos del metraje y varió además el triste final. Parte de este material, cuidadosamente remontado, fue empleado posteriormente en películas como El fantasma de Frankenstein (1942) y La mansión de Drácula (1945), ambas de Erle C. Kenton.
Inspirándose en una conocida novela del británico H.G. Wells, James Whale volvió al género de terror con El hombre invisible (1933). El guión de esta película, escrito por R.C. Sheriff, narra cómo el joven científico Jack Griffin (Claude Rains) sintetiza una droga muy poderosa, la monocaína, que le permite llegar a un estado de absoluta invisibilidad. Gracias a la impunidad que le facilita su nuevo estado, Griffin se dedica a cometer diversas fechorías que, finalmente, le costarán la vida. Al margen de la habilidad narrativa de Whale a la hora de plantear el relato, llamó la atención en esta película el extraordinario trabajo de efectos especiales llevado a cabo por John P. Fulton. Entre las secuelas que aprovecharon el filón abierto por James Whale destacaron El retorno del hombre invisible (1939), escrita por Curt Siodmak y protagonizada por Vincent Price; La mujer invisible (1940), con John Barrymore y Virginia Bruce en los principales papeles; y Agente invisible (1942) y La venganza del hombre invisible, ambas protagonizadas por el actor John Hall.
Su homosexualidad fue muy problemática en la puritana sociedad de Hollywood. Hombre refinado y extremadamente culto, supo preservar su vida privada en su mansión de Analfi Drive, en Pacific Palisades, donde compartió una estrecha relación con David Lewis, un actor que llegó a convertirse en ayudante personal de Irving Thalberg en sus oficinas de la Metro Goldwyn Mayer.
En 1937 Whale comprobó cómo el Estudio limitaba sus posibilidades creativas a la hora de montar The road back, una producción pacifista que criticaba el ascenso al poder de los nazis en Alemania. Cuando el Gobierno de Hitler amenazó a la compañía Universal con prohibir todas sus películas en los cines alemanes si The road back llegaba a estrenarse, el Estudio decidió variar la estructura del filme, insertando varias secuencias cómicas rodadas por Ted Sloman. Con este nuevo planteamiento, el Ministerio de Propaganda nazi aceptó la distribución de la película en su país, ya que se anulaba por completo el mensaje que pretendía difundir Whale.
Decepciones como ésta distanciaron al director del mundo del cine, que ya para él era sólo un medio para mantener su nivel económico. Tras romper su relación con David Lewis, Whale comenzó una relación con Pierre Foegel, pero finalmente acabó solo, recluido en su mansión, dedicado exclusivamente a la pintura. A medida que su salud se iba quebrantando, esta soledad se volvió más dramática, ya que perdió paulatinamente la capacidad de leer y dibujar, sus dos grandes pasiones. Desesperado, en 1957 escribió una nota en la que anunciaba su deseo de quitarse la vida y luego se lanzó a la piscina que había hecho construir en su jardín. Whale, que no sabía nadar, murió ahogado.
A mediados de la década de los noventa, el éxito de la novela biográfica El padre de Frankenstein, escrita por Christopher Bram, puso de actualidad al director británico, redescubierto por una nueva generación de cinéfilos. La película inspirada en este libro, Dioses y monstruos, fue estrenada en 1998. Escrito y dirigido por Bill Condon y producido por el novelista Clive Barker, este largometraje abordaba los últimos años de la vida del cineasta, explorando su faceta más íntima y desgarrada.

Filmografía

1930: Journey's end.
1931: El puente de Waterloo; El doctor Frankenstein.
1932: Horror al matrimonio; El caserón de las sombras.
1933: El beso ante el espejo; El hombre invisible; A la luz del candelabro.
1935: Estigma liberador; La novia de Frankenstein; ¿Recuerdas lo de anoche?.
1936: Magnolia.
1937: The road back; The great Garrick.
1938: Sinners in paradise; El beso revelador; Port of Seven Seas.
1939: La máscara de hierro.
1940: Green hell.
1941: They dare not love.
1949: Hello out there.

 

1 comentario:

  1. Extremadamente instructiva esta casi monografía sobre Frankestein y su creador en el cine. Muchos detalles relevantes aportados por Javi.

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